Mi perspectiva sobre la clase de Ética del curso pasado y la
clase de Filosofía de este año no es muy distinta. Como ya expuse el curso
pasado, el método de realizar varios exámenes de un mismo tema de distintas
formas (test, práctico y comentario de texto y pregunta de desarrollo) nos
permite asimilar de distinta forma los conocimientos adquiridos y extender
nuestras capacidades, no sólo aprendiéndose la teoría de memoria si no que
también entendiéndolos para saber aplicarlos a distintos aspectos.
Este año se han
ampliado los conocimientos de Filosofía con respecto al año pasado, por lo que
se debe aprender más teoría pero el trabajo para los exámenes no está sólo en
casa: ciertamente muchos profesores expresan la idea de que le aprendizaje
comienza en clase. Estar atento, escuchar y tomar apuntes son una herramienta
más para facilitar el estudio. De esta manera, la forma propuesta en la clase
de Filosofía me parece una de las más acertadas ya que pretende que se consigan
esos comportamientos. Por otro lado, no avanzar las clases simplemente con la
teoría y detenerse a explicar con mayor detenimiento aquellos conceptos que lo
requieren por su dificultad es bastante beneficioso para los alumnos.
Por último, las lecturas trimestrales proporcionan un mayor
pensamiento crítico con el que se debe reflexionar sobre los conceptos que se
leen o se buscan para informarse además de conocer aspectos históricos pasados
y/o nuevos autores filosóficos que podrían llegar a interesar a los alumnos.
En mi opinión, las clases de Filosofía plantea un modelo
distinto para aprender que beneficia a los estudiantes.
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